top of page

El origen del anticorreismo en la política ecuatoriana

Foto del escritor: José David Benítez José David Benítez

Por: José David Benítez Loaiza


El 15 de octubre de 2023 se realizará en Ecuador la segunda vuelta de unas elecciones presidenciales extraordinarias, que están marcadas con el contexto del juicio político en contra del Presidente Guillermo Lasso, la disolución de la Asamblea Nacional a través del mecanismo constitucional establecido en el Art. 148 de la Constitución de la República del Ecuador, conocido como la “muerte cruzada”, y el asesinato del excandidato presidencial Fernando Villavicencio. En esta segunda vuelta participan los candidatos Luisa González, representante del partido político que lidera el expresidente Rafael Correa, y Daniel Noboa, hijo del empresario y cinco veces aspirante a la presidencia, Álvaro Noboa. En este panorama podemos observar que las elecciones y en general la política ecuatoriana está definida por la división de la sociedad entre un grupo afín a Correa y su proyecto político, denominado comúnmente como “correismo”, y sus opositores, el “anticorreismo”.


La oposición al correismo se presenta en muchas ocasiones como un odio visceral, de puro sentimentalismo, que no se basa en argumentos bien fundamentados en contra del proyecto político correista. No obstante, pese a esta cara visceral del anticorreismo, su origen en Ecuador va más allá de solamente un odio sin sentido, sino que es fruto, precisamente, del mismo odio que sembró el expresidente ecuatoriano en su discurso político, y en sus acciones en contra de la Ley.


En efecto, Correa siempre usó la retórica populista de mostrarse como el "mesías del pueblo" que encarna las necesidades de la gente y sus luchas sociales, así como de buscar un enemigo común, en este caso “la prensa corrupta” y “los empresarios pelucones”, sembrando el odio entre clases sociales; lo mismo hizo Hugo Chávez en Venezuela cuando señalaba como enemigo del pueblo venezolano al “imperialismo”. Aquí hago un pequeño paréntesis, para aclarar que no es mi intención desmerecer de ninguna forma las luchas sociales que son legítimas.


Sobre el tema del populismo, desde la ciencia política se ha identificado que una de sus características es precisamente, el uso de un discurso polarizador de amigo/enemigo, donde los populistas y sus coidearios son los “buenos” y la oposición al régimen o líder personalista es el “enemigo” (Weyland citado por Pontón, 2016, p. 164-165). Ante el escenario descrito previamente, parte de la sociedad ecuatoriana comenzó a pensar o reafirmó su pensamiento de que las personas que tienen dinero son explotadoras y malas, y no es que no se pueda dar esta situación, pero no es correcto generalizarlo de esa forma debido a casos particulares. Existen muchas personas con buen estatus económico que han labrado su fortuna y patrimonio a base de su esfuerzo y trabajo.




Por tanto, el rechazo hacia el correismo o anticorreismo tiene un origen más complejo que el sentimentalismo y la visceralidad. Correa persiguió gente durante su gobierno, cerró medios de comunicación, incautó bienes y empresas. Además insultaba a la prensa; llamó a una periodista “gordita horrorosa” por citar un ejemplo. De igual manera, se dieron casos de corrupción y narcotráfico que han sido investigados por la justicia ecuatoriana, tales como los denominados: "pativideos"[1], "Las Torres"[2], “Sinohydro”[3], “el Gran Hermano”[4], “Odebretch”[5], etc. Es decir, para el anticorreismo, Correa representa la rancia y vieja política populista, la corrupción y la narcopolítica, que actualmente ha invadido todas las instituciones del Estado ecuatoriano.


En resumen, el anticorreismo no es únicamente visceral y sentimental, sino que se fundamenta en lo ya citado, el rechazo a la corrupción, la persecución y la narcopolítica. Pero el odio no debe tener cabida en ningún lugar donde se aspire un mejor país y hacer política de manera honesta y transparente. El odio siempre tendrá como consecuencia más odio, en un círculo vicioso. La política ecuatoriana debe madurar y salir de los “ismo” y los “anti” sin fundamento, para de alguna forma reunificar el tejido social que tanto ha fragmentado la nefasta clase política, que históricamente ha gobernado a Ecuador.


Referencias:

Pontón, J. (2016). El populismo: ¿una amenaza a la democracia en América Latina? Un diálogo con Kurt Weyland. Revista de Ciencias Sociales Iconos, 55, p. 163-168 Recuperado el 25 de septiembre de 2023 de https://revistas.flacsoandes.edu.ec/iconos/article/view/2204


Notas al pie: [1] https://www.elcomercio.com/actualidad/mundo/pativideo-sembro-dudas-manipulacion.html [2] https://www.primicias.ec/noticias/politica/lastorres-sentencia-primera-instancia-pabloceli-pabloflores/ [3] https://www.fiscalia.gob.ec/caso-sinohydro/ [4] https://www.libertaddigital.com/mundo/2012-02-17/periodista-en-ecuador-no-nos-queda-mas-que-resistir-no-nos-queda-mas-1276450365/ [5] https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-42346644

164 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Sabor a nada

Comments


bottom of page